jueves, agosto 05, 2010

Dia 1: de Sevilla a Nueva York en 18 y tres aviones

Sí, lo de ayer fue una paliza, pero de esas que al final uno piensa que valen la pena por cómo terminan.

Resumo y luego detallo: 

Sevilla - Lisboa

Llegar al aeropuerto, facturar rápidamente y tomar un cutre-desayuno aeroportuario con sus consecuente alto precio y escasa calidad. Volamos en un pequeño avión hasta Lisboa sin ninguna incidencia.

Lisboa - Philadelfia: el pasaporte roto y la ESTA incorrecta

Ya comenté en otra entrada mis inquietudes con la validez del pasaporte de Esther, la cosa es que al final no hemos sido nosotros lo que hemos tenido problemas.

Al  intentar embarcar con US Airwais hacia Filadelfia (escala) nos encontramos con una cola escasa pero muy lenta debido a la gran cantidad de gestiones que los empleados de la compañía están obligados a hacer. Te cogen el pasaporte, comprueban, de mandan a la ventanilla de facturación vuelven a comprobar y todo esto con una parsimonia asombrosa ya que el embarque llevaba abierto más de una hora.

En una de estas recogidas de documentación, el pasaporte de Mónica, que Txema en una alarde de prudencia había envuelto en una funda comprada en los chinos, acaba despegado de su cubierta. Cuando la chica que factura ve el pasaporte pone esa cara de decir -"Uf, problemas, estos se van a quedar en tierra"-. Comienza afirmando que considera que ese pasaporte no es válido, pero para asegurarse, como buena americana, llama a su supervisor; este también hace gestos poco prometedores y llama por teléfono, supongo, a otro supervisor... tras varios minutos de gestos, aspavientos y llamadas cogen el pasaporte y dicen que lo pasarán., pero que en EEUU podemos tenerlo crudo.

No queda ahí la cosa. Resulta que en la ESTA de mónica estaba mal puesto el número de pasaporte y sin una ESTA válida si que no embarcas. Amablemente el Supervisor dice que la única solución es que se vayan a un ordenador con Internet y la hagan de nuevo.. ¡Quedan 20 minutos para cerrar la facturación! No es cuestión de entrar en muchos detalles, pero de alguna forma lo consiguen y vuelven a ir a facturación.

Mientras tanto las dos parejas restantes decidimos ir entrando en el control de seguridad que era una cola enorme mientras el embarque seguía abierto. Mientras que dábamos una vuelta tras otra en ese laberinto de cintas todos buscábamos a Txema y a Mónica con la mirada pero nada... a cada momento mi convencimiento de que se quedaban en tierra era mayor.

Tras pasar el segundo de la interminanble lista de controles de seguridad nos apresuramos a ir hacia la zona de embarque (15 minutos a marcha rápida) donde, antes de entrar, sorpresa! hay que volver a entregar el pasaporte. 

Llegamos al embarque pensando en lo mal que había empezado todo porque era obvio que habíamos perdido a dos compañeros definitivamente,  y de repente ahí están. No me preguntéis como lo hicieron, yo sigo convencido de que se han gastado todo su presupuesto en sobornos.

eeuu-2010 027Del vuelo poco que contar: 9 horas interminables de vuelo en las que al menos traducían las pelis al español y puede avanzar bastante en una novela de ciencia ficción cutre de las que he traido al menos 5 ejemplares.

Philadelfia - New York: más controles y un avión de hélices

Nos queda una escala, cosas destacables:
  • El pasaporte despegado que creíamos que nos iba a dar problemas para entrar en EEUU es brutalmente grapado sin ni siquiera preguntar por una funcionaria negra y grande. Gracias señora, de verdad...
  • Esther se deja su pasaporte y tarjeta de embarque en un cuarto de baño... media culpa es mía por agobiarla preguntando donde estaba ese tabaco que todavía no iba a poder ni fumar
  • Pasamos mil controles mal con funcionarios lentos, pesados y a los que no les importa una mierda si alguien pierde un vuelo.
  • Embarcamos en un avión pequeño y de hélices. El cansancio empieza a hacer mella
eeuu-2010 041 Al final llegamos bien al aeropuerto de Newar (el segundo de NY) y tras pasar de un par de taxis piratones decidimos coger un tren -$16.5 x cabeza - que nos dejará en la calle 8th con la 34th. 

Por fin, en Nueva York ¿Quién está cansado?

La estación es una especie de intercambiador de cercanías y metros cuya población, estructura y comercios nos dicen que sí, que eso es Nueva York. Realmente salvaje... pero la salida a tierra si que nos deja, como buenos bárbaros, con la boca abierta y, a mi, acordándome de Martinez Soria cuando llega a Madrid.

Al aparta-hotel y a tomar algo

Tras atravesar, cámara en mano, sudorosos y agotados las calles de la 34th a la 39th llegamos al hotel, que realmente, no nos decepciona, una estupenda habitación, con cocina y un aire acondicionado berreando desde yo no sé que hora (no parece que a estos les preocupe demasiado el cambio climático y esas cosas de europeos raros)

A mi siempre me pasa igual... por muy cansado que esté, cuando llego a un sitio nuevo quiero verlo, así que ducha rápida y a arrastrar a Esther a la calle mientras me lanza los peores improperios. 

Los alrededores del hotel son típical neoyorkinos y nos lanzamos a degustar una serie de cervezas en algún bar. Es curioso, en los bares no se puede fumar y en la calle no se puede beber, así que me puedo ir olvidando por ahora de la combinación cerveza y tabaco.

Pasado un rato recogemos al resto de miembros de la expedición para ir a cenar, el día se acaba pero yo no me quiero acostar sin tomarme la última y arrastro a los agotados viajeros a uno de los bares de los que ha me había convertido en cliente para echar una última birra.

Se trata de un bar de blues, oscuro, semi-vacío y con un calor sofocante donde una amable camarera nos sirve latas de cerveza helada a $2 la unidad... le pregunto si es la cerveza más barata posible y me confirma que sí... pues esá buena! (la cerveza). Ah! el bar tenía billar y Rafa (en la foto) me ganó, aunque creo que tendré oportunidades sobradas para la revancha, el bar mooola.
eeuu-2010 053



1 comentario:

  1. Menudo susto con el pasaporte.
    Lo que mas me gusta es el final, bar de blues, cerveza, billar... ! Esperamos la revancha ¡

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