Las 3 primeras horas van geniales, vamos por la ruta histórica todo el tiempo, atravesando un paisaje de granjas de maiz y otros productos agrícolas que no reconozco. A esa hora el tiempo es agradable y la experiencia de conducir el bicharraco es maravillosa.
Nos vamos acercando a San Luís y la temperatura va subiendo. A las 11 de la mañana hacen ya 96º F (unos 36º centígrados). Hemos hecho un par de paradas técnicas, nada destacable.
Al entrar en San Luis la temperatura empieza a ser insoportable. A eso se suma que vamos por la carretera histórica, obviando la autopista, y que en ciudad la ruta está plagada de semáforos. San Luis es enorme.
Decidimos retomar la autopista para salir rápido de ahí y, por supuesto, nos perdemos. No voy a aburrir a nadie con la odisea de salir de San Luis, baste decir que nos llevó más de dos horas por autopistas de 6 carriles abarrotadas de tráfico. El calor nos está matando.
A unas 40 millas de San Luis vemos una cartel que nos indica que está de nuevo disponible la ruta histórica y decidimos cojerla; en parte porque no me encuentro demasiado bien conduciendo por la autopista. La salida acaba a unos 300 metros, con la carretera cortada en un antiguo café reconvertido en museo (uno de los millones de museos de la ruta 66)
Decido bajarme de la moto y descansar, cada vez me siento peor. Acabo sentándome agotado dentro del museo y no consigo salir de él hasta pasadas 3hs. Tanto Esther como yo tenemos una insolación de libro y estamos pasando de los escalofríos a la fiebre a cada momento. Pasadas esas 3hs nos vemos con fuerzas para coger la moto y buscar el hotel más cercano posible. La chica de la recepción del museo nos dice que hay varios cerca.
Llegamos un sitio perdido del mundo, en mitad de la autopista. Conseguimos llegar al hotel, un Super 8 bastante birrioso. Son las 5 de la tarde. Estamos en Eureka (sin cachondeo).
No sigo contando mis penurias. Resumo, tras pasar la tarde y la noche sin salir del hotel, conseguimos recuperarnos. Ese día solo hemos podido hacer 100 millas de las 300 previstas. Txema y Mónica nos adelantan 50 millas; Rafa y María José llegan a Farmerville, de donde nosotros hemos salido.
¿Porqué pillamos esa insolación? Todavía no lo tenemos 100% claro, pero razones sobran:
- El calor era altísimo, no debíamos estar rodando a las 13:00 por autopistas llenas de camiones.
- El día anteriores tomamos demasiadas cervezas, la resaca, aunque sea leve, implica deshidratación.
- No bebimos los suficiente
Escribo esto dos días después, no nos ha vuelto a pasar siguiendo una serie de normas básicas (tips):
- Beber, beber y beber. Paramos una vez cada hora y bebemos hasta sin ganas
- Iniciamos las rutas a las 6:00 de la mañana
- Paramos a mediodía y retomamos la ruta a partir de las 17:00, cuando las temperaturas comienzan a bajar
Desde luego, estamos comprobando que agosto no es el mejor mes para hacer esta ruta. De hecho no hay ni un americano haciéndola completa y los únicos que la hacen son otros europeos (franceses e italianos principalmente) tan incautos como nosotros.
Eso no quiere decir que no se pueda hacer, se puede, tal y como estamos demostrando (vamos por la mitad en el momento de escribir esto) pero con más esfuerzo de los previsto. Si alguien que esté leyendo esto va a hacer la ruta 66 en moto en pleno verano (julio y agosto) simplemente advertirle que debe tener cuidado.
- Hidratarse continuamente, al menos cada hora.
- Usar protección solar máxima.
- No circular entre las 12:00 y las 17:00.
- Evitar las ciudades grandes con muchas paradas. Usar las circunvalaciones.
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